viernes, 21 de octubre de 2011

EL LLANTO DE LA LUNA


Me he llamado luna, de ojos lánguidos, sinfónicos
Amiga de los ebrios solitarios que deambulan perdidos
Sin saberlo.
Enamorada del pintor nocturno que traza relámpagos de fuego
y transparencias de lobos llamándome en auxilio.
Luna nueva, amada y deseada por los rezagos ancestrales.
Luna indiferente a las creces tecnológicas,
codiciada por las hierbas.
Luna creciente, indiferente a la luz fingida
que compasa hoy, el paso de sombras imantadas.
Luna llena, llorando las auroras de difuntos en ausencia de su tierra
de niños evaporados por la guerra
y mujeres descalzas de derechos, descalzas de pan.
Luna menguante, viajera, con valija asonada de sueños.
Me he llamado luna de octubre, tan solo sostenida
con los hábitos incorpóreos de la niñez en calma.

¡Me han llamado luna, de labios fríos y arcaicos!
Y soy, abrigo del ovillo humano que duerme en las calles
sin pedirlo.
Amante del poeta noctámbulo, el que me acompaña tras sus cristales,
el más fiel cómplice, que lanza suspiros para que su alma me alcance,
cuando mi llanto, solo es un recurso.

Un globo frente a mí, pesadumbre de maldades,
Un globo frente a mí, aventuras y falacias,
Un globo frente a mí, fuego en batalla,
Un globo frente a mí, duelos de vergüenza.

Solo el sol me consuela, sus historias.

ROSAURA MESTIZO MAYORGA
(Inédito registrado)

jueves, 20 de octubre de 2011

EL POLIMORFO ARCONTE DE LA NIEVE

Llegando vengo, por entre el polimorfo arconte de la nieve.
No sabes, cuánto cuesta arrancar los guantes, la bufanda, el pullover,
y todo aquello, que el invierno obliga precaverse por pudicia.
Aún así, el arconte de la nieve no es nada,
careado con la desnudes del desmesurado y ardiente
olor de los amantes en invierno.

¿A qué huele el amor de invierno?

No sé,
solo apunto a decir que huele a ti
y tú hueles a pino, a chocolate, a vino, a raíz recién extraída de la tierra.

No sabes cuánto cuesta la pudicia escondida,
queriendo tirar todo al vacio
y lograrte ¡erguido! en el polimorfo arconte de la nieve.


Llegando vengo, sin guantes, ni bufanda, ni pullover,
ni nada que me ate al polimorfo arconte de la nieve,
para conjurarme en tus brazos,
para conjurar mis besos silbando a tu oído,
conjurar nuestra plenitud dentro del arconte de la nieve...
y hacer de nosotros, un verano.


Rosaura Mestizo Mayorga
(Inédito- registrado)

domingo, 16 de octubre de 2011

DE PARTE DEL ALMA: A UN HOMBRE EN INCERTIDUMBRE

"A esos hombres y mujeres que pierden el horizonte del amor"

Te pretendes armadura férrea,
yerta, impenetrable, moribunda,
en todo caso, armadura.


Tu boca, ha absorbido las palabras,
tus ojos, han pretendido la energía de los ébanos llaneros,
para embargar tu locura a cristales sórdidos y ajenos.


Tanto da cuenta el musgo de tu pecho,
de las variantes espumas impostoras
de tus múltiples cuerpos, amando a muchos otros cuerpos.


Nada se aproxima aún, a un brillo
que te sirva de envoltura,
para encubrir el espejismo de tus propias flautas y sus sombras.


Nada se aproxima a ti, fuera de las máscaras
de las noches antiguas,
que te fingen besos solemnes, como los neones.


Tu cuerpo mil veces desnudo en tinieblas,
sabe que silencio tras silencio,
No nutre, ni a los perros ni a los míseros.


Devuelve, tus ojos de ébano al canto de las pausas,
depone las espadas y corazas de tu guerra imaginaria,
atrévete a hundir, la última flor por la esperanza.


¿Quién crees que eres?
¿acaso hombre de cascajos?
Hombre de soplos y mareas?


Deja que tu armadura rompa la esclavitud de tus encierros,
que tus ojos le devuelvan los ébanos al llano,
que no hayan, ni espadas, ni corazas, ni batallas.

¡Devuélvete a la vida!
A la vida, a la vida,
a la vida.

ROSAURA MESTIZO MAYORGA
(Inédito registrado)