domingo, 28 de agosto de 2011

ROJO


Me quedé con el acorde
de una guitarra flamenca
sangre te llamo sangre
y una copa de vino tinto
fué mi compañía.

Desde entonces…
prefiero las otoñales tardes
el descenso de las hojas en doceles
La sinfonía silenciada por árboles
y viento
un paisaje leonesco que amanse al cielo
la sospecha de la luna llena
y este ligero vestido rojo en la noche
para desertar de la rutina.

Me quedé, con el acorde
de esa guitarra flamenca


Rosaura Mestizo Mayorga
(Inédito-Registrado)

2 comentarios:

  1. Qué serenidad me transmite este poema...

    Besos y un fuerte abrazo.

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  2. De igual paz disfruto y con todo que es rojo el vestido. Gracias Mari

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